Angela Santiesteban Blanco
Fotos: José Roberto Loo
El Hotel Imperial fue uno de los primeros edificios altos de Santiago de Cuba, impactó en la población santiaguera de entonces por su belleza arquitectónica e imponente decoración.
El Hotel Imperial es una de las obras con las que dejó su huella en la imagen urbana de Santiago de Cuba el arquitecto Carlos Segrera (1880-1922), a quien se deben otros edificios como los hoteles Casa Granda y América, el Club San Carlos, el desaparecido hotel Venus, la primera Cámara de Comercio de Santiago de Cuba (actual Centro de Negocios), el Museo Emilio Bacardí y el Palacio Provincial de Gobierno, además de la imagen actual de la Catedral (con otros elementos del estilo clásico añadidos en restauraciones hechas entre 1916 y 1922).
Ubicado en Enramadas No 251 entre San Pedro y Santo Tomás, presenta su propia decoración. Esta joya de la arquitectura en Cuba, pasó por un proceso de restauración y abrió nuevamente sus puertas a finales del 2016.
En la instalación, conversamos con Aimara Goris Donet, subdirectora, quien comentó: “El hotel cerró en 1998, en sus inicios tenía en su primera planta la tienda La Francia, que ocupaba la mayor parte del inmueble, en la segunda un desayunador y un restaurante.
“Con su reinauguración se amplió el bloque habitacional y actualmente el hotel cuenta con 39 habitaciones.
Ahora en la primera planta hay un pequeño comercio perteneciente a la firma Caracol para la venta de subvenir, el lobby, el desayunador, la cocina y el snack-bar La Joya que ocupa el lugar donde estaba El Avileño y se le añadió un rut-garden.
“Tiene gran atractivo porque es un hotel de ciudad con los diferentes servicios básicos que se brindan en una instalación hotelera. En el caso del rut-garden, la población puede acceder al lugar pagando un cover, que en estos momentos es de 5 CUC en el horario de la noche y por el día 3.00, con derecho a consumo”.
El Imperial pertenece a la cadena Cubanacan, donde los trabajadores laboran con el fin de satisfacer a sus clientes, en su mayoría, alemanes y franceses, aunque también llegan de Holanda, Suiza, España, Inglaterra y Estados Unidos.
Este Imperio en las inmediaciones del Corredor Patrimonial de las Enramadas ya es una realidad y enrumba sus pasos a posicionarse entre los primeros de su tipo, no solo en la provincia sino en el país, cumpliendo con los estándares de calidad que exige el Ministerio del Turismo.